ESTILOS DE COMUNICACIÓN

LOS ESTILOS DE COMUNICACIÓN





Existen tres estilos básicos de comunicación diferenciados por la actitud que revelan hacia el receptor del mensaje: pasivo, asertivo y agresivo.

Pasividad. Es aquel estilo de comunicación propio de personas que evitan mostrar sus sentimientos o pensamientos por temor a ser rechazados o incomprendidos o a ofender a otras personas. Infravaloran sus propias  opiniones y necesidades y dan un valor superior a las de los demás.
Agresividad. Este estilo de comunicación se sitúa en un plano opuesto a la pasividad, caracterizándose por la sobrevaloración de las opiniones y sentimientos personales, obviando o incluso despreciando los de los demás.
Asertividad. Es aquel estilo de comunicación abierto a las opiniones ajenas, dándoles la misma importancia que a las propias. Parte del respeto hacia los demás y hacia uno mismo, aceptando que la postura de los demás no tiene por qué coincidir con la propia y evitando los conflictos sin por ello dejar de expresar lo que se quiere de forma directa, abierta y honesta.
¿Por qué es la mejor manera de comunicarse?
La asertividad permite decir lo que uno piensa y actuar en consecuencia, haciendo lo que se considera más apropiado para uno mismo, defendiendo los propios derechos, intereses o necesidades sin agredir u ofender a nadie, ni permitir ser agredido u ofendido y evitando situaciones que causen ansiedad.


Ejemplos
Caso 1:
Por ejemplo, ante la insistencia de un vendedor de enciclopedias nos limitaremos a decir: «gracias, pero no me interesa». El vendedor seguramente dirá que hoy en día es muy importante estar bien informado. En vez de responderle a su comentario, responderemos nuevamente: «gracias, pero no me interesa». El vendedor no se dará por vencido e insistirá: pero para sus hijos es muy importante tener información a mano en todo momento y no depender del ordenador e Internet. Nosotros responderemos nuevamente «gracias, pero no me interesa». Y así sucesivamente cuantas veces sean necesarias. El vendedor se dará cuenta de que no podrá convencernos porque no entramos en su juego.
Generalmente no es necesario repetir la frase más de tres o cuatro veces, eso sí, siempre con educación.

Caso 2:
Tus hijos dejan su ropa y la toalla tirada en el cuarto de baño luego de bañarse. ¿Qué les dices?
1. PASIVA. No dices nada, lo recoges, mientras protestas internamente porque sean así de desordenados.
2. AGRESIVA. Vas a donde está tu hijo y le recriminas que sea un desordenado, que no tenga consideración, que estás harta de decirle que recoja sus cosas cuando se baña, que no sabe convivir con los demás.
3. CONDUCTA ASERTIVA. Vas donde está tu hijo y le dices: Hechos. Te has bañado y has dejado tu ropa y la toalla tirada. Sentimientos: Me siento como tu criada cuando lo dejas todo por medio. Conducta: Procura recoger todo cuando te bañes mañana, Consecuencias: así me harás sentir más a gusto contigo.

Caso 3:
Habías quedado con un amigo a cenar a las 9.00 y se presenta, sin avisar que se retrasaría, una media hora más tarde. No estás de buen humor, ¿cuál de estas conductas crees que usas más a menudo?
1. PASIVA. Le saludas, bastante falto de entusiasmo, le haces entrar y se sientan a la mesa.
2. ASERTIVA. Le saludas, y le expones claramente estos cuatro aspectos: Hechos: Hace una media hora que te espero y me preocupaba no saber nada de ti. Sentimientos: He tenido tiempo para además de preocuparme, irritarme y sentirme nervioso. Conducta concreta: Si otra vez tienes que retrasarte Consecuencias: puedes avisarme, para que no me preocupe.
3. AGRESIVA. ¡Llevo una hora esperando! ¿Te parece bien hacerme esto? ¿Qué te costaba llamar para avisarme? No pienso invitarte a cenar nunca más.

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